Coma cada año por Semana Santa las cocinas huelen a torrijas, un alimento a base de pan duro y leche que durante años fue considerado de pobres.
Aunque su origen se remonta al siglo XV no fue hasta principios del siglo XX cuando empezaron a ser un postre habitual en pastelería y restaurantes antes, durante y después de Semana Santa.
Ingredientes: Pan, leche, huevo y azúcar
Lo primero es escoger los ingredientes básicos -pan, leche, huevo y azúcar. El pan puede ser del día anterior pero deberá tener consistencia si no la leche sudará y aunque estarán ricas se manchará mucho el aceite y la cocina.
Una vez con todos los ingredientes encima de la mesa poner en un cazo un litro de leche -a ser posible entera- y unos 100 gramos de azúcar, aunque la cantidad va en gustos, y canela. Dejar que se caliente la mezcla y retirar del fuego antes de que hierva.
El pan con leche
Con el pan ya cortado en rodajas, hay que empapar las torrijas en leche y dejarlas reposar en una bandeja unos cinco minutos. Aprovecharemos este tiempo para limpiar lo manchado, batir los huevos en otro recipiente y preparar una sartén con abundante aceite para freír las torrijas.
Con el pan bien empapado en leche pasarlo por los huevos batidos de un lado y de otro.
A continuación, y con el aceite ya caliente, comenzar a freir las torrijas unos dos minutos.
Un truco, no poner más de dos al mismo tiempo para que el aceite no se enfríe.
Con las torrijas ya en la fuente solo queda espolvorear algo de azúcar y canela al gusto aunque hay que tener cuidado porque puede no gustar a todo el mundo.